Hoy en nuestro blog el presidente de la Societat Bibliogràfica Valenciana Jerònima Galés y Senador del Museo de la Imprenta, Rafael Solaz Albert, nos descubre la revista Estampación Tipográfica, que sirvió como publicación de cabecera de la Sociedad de Impresores de Valencia.
Estampación Tipográfica: una auténtica rareza
En 1929 un grupo de tipógrafos decide crear un boletín que sirviera como órgano oficial de la Sociedad de Impresores de Valencia: Estampación Tipográfica.
Esta publicación tuvo una vida efímera, aunque se publicó al menos hasta julio de 1930, que es el número que se reproduce y que se encuentra en el archivo del Museo de la Imprenta de El Puig.
Es una revista que ha sido calificada de rara ya que, salvo error, no se encuentra en bibliotecas públicas ningún otro ejemplar, excepto en la Biblioteca Valenciana un número extraordinario editado como homenaje a la imprenta.
El bibliófilo valenciano Rafael Solaz , en su biblioteca.
Grandes impresores al cargo de la publicación
Los fundadores de la revista Estampación Tipográfica fueron impresores muy conocidos y aparecen nombres como Vicente Bayarri, presidente y fundador de una saga familiar valenciana de impresores y editores; Vicente Gil Terol, vicepresidente, último maquinista de la imprenta Orga; Rafael Monllor, secretario; José Reig, tesorero y maquinista de la Imprenta Vila y Ramón Borja, vocal, oficial del diario El Pueblo y posteriormente de la casa Ortega.
Las primeras reuniones se celebraron en la sede del Círculo Instructivo Electricista, de la calle de Libreros. Posteriormente la Estampación Tipográfica tuvo su redacción en la calle del Embajador Vich, 13. En el momento de la creación de la Sociedad de Impresores se estableció un reglamento cuyo ejemplar figura custodiado en la Biblioteca Nacional.
Vicente Bayarri.
El intercambio de conocimiento, leit motiv de la revista
La redacción de Estampación Tipográfica estuvo en contacto con otras sociedades de impresores de la época, con las que intercambiaban publicaciones de la profesión, formando así una nutrida biblioteca especializada.
Dos sociedades valencianas fueron determinantes para dar apoyo a la revista y que saliera adelante: “La Gutenberg” y “La Tipográfica”, ambas entidades formadas por profesionales de la imprenta que mucho tuvieron que ver en los avances tipográficos, laborales y sociales de los años 30 del siglo XX.
