Fran Parrenyo es el ilustrador elegido para poner color al mes de febrero de nuestro calendario con su característico estilo visual.
Fran Parrenyo, de los plastidecors a la acuarela
El ilustrador Fran Parrenyo tiene multitud de recuerdos infantiles ligados al dibujo, con un papel y cualquier cosa que pintase entre los dedos; alguno de ellos muy emotivos: “Incluso recortando cartones o construyendo mis propios juguetes. Y si hago memoria, incluso es algo que he hecho en la adolescencia. Por ello, me es imposible trazar siquiera la línea de cuándo se convirtió en una opción real como futuro profesional. Siempre he dibujado, y por suerte, he tenido el apoyo necesario para no tener que dejar de hacerlo nunca. Y así, sin premeditación, un día era consciente de que o se convertía en mi medio de sustento, o tendría serios problemas para sobrevivir, pues creo que de nada más sería capaz de ganarme la vida”.
Para poder convertirse en profesional comenzó a estudiar ilustración en su Alcoy natal. Más tarde, en Valencia, se licencia en Bellas Artes en la UPV y desde el inicio combina los estudios con sus primeros encargos profesionales, la ilustración publicitaria y un buen número de concursos de carteles.
A día de hoy, su trabajo se centra de manera especial en la ilustración editorial, a nivel nacional e internacional. La técnica que más utiliza es la acuarela.
Fran Parrenyo ha dado un paso más en su carrera y, además de su trabajo creativo, también se dedica a la docencia y es director del Máster de Ilustración del Centro de Estudios Superiores de Arte y Diseño, Barreira de Valencia.
El secreto de saber mirar
A la hora de enfrentarse a la hoja en blanco, para Fran Parrenyo desde hace muchos años ese primer contacto suele ser para resolver un encargo, comienza a dibujar sin una intención previa. “Y eso me salva totalmente del vacío del qué hacer”, afirma el ilustrador.
Pero incluso para resolver un encargo, Parrenyo lo primero que hace es “mirar, mirar y mirar. Referentes. Nutrirme, auto motivarme con la obra de otros autores que admiro y retarme a, en la medida de lo que sea capaz, aportar a mi siguiente trabajo los aspectos o recursos que en ese momento me han llamado la atención”.
Fran Parrenyo reconoce que a día de hoy le cuesta sacar tiempo para desarrollar sus proyectos más personales. Entre encargos y su labor en Barreira, poco tiempo queda para el “tema libre”.
Pero, ¿qué es lo más raro que ha dibujado? En este caso fue una petición de un amigo, al que retrató como si fuera un enano de la Tierra Media de El Señor de los Anillos. Quedó tan bien que acabó dibujando al resto de su familia.
Fascinación por el arte y el dibujo
Fran Parrenyo se confiesa totalmente fascinado por la obra de otros ilustradores o artistas, así que le queda “poco espacio para influirme con otras disciplinas. Obviamente, somos lo que consumimos, y como dibujante, se acabará plasmando un poco de la música que escucho, de los libros que leo o de las películas que veo. Aunque lo siento como algo más ambiguo, una lenta evolución progresiva indirecta. No podría hacer una asociación directa de como un escritor, músico o director ha podido influenciar en mi forma de trabajar”.
Si tuviera que elegir un artista para irse de juerga, sí que nos cita un nombre concreto: Ernest Hemingway. Y si le pedimos que nos recomiende una peli y un libro se decanta por el filme “Lobster”, de Yorgos Lanthimos y la trilogía autobiográfica de John Fante (“Espera a la primavera, Bandini”, “Pregúntale al polvo” y “Sueños de Bunker Hill”).
El sector de la ilustración para Fran Parrenyo
Fran Parrenyo cree que el trabajo de ilustrador está más reconocido actualmente que hace unos años. “Cuando yo estudié Ilustración en l´Escola d´Art d´Alcoi, éramos 8 en mi promoción (educación pública). Tanto era el desconocimiento, que recuerdo que cuando a una conocida de cierta edad le dije qué estaba estudiando, me preguntó si eso tenía algo que ver con la iluminación (eléctrica, no mental)”.
También cree que por más que muchas veces “sean despreciables, precisamente en este sector, las redes sociales han hecho un considerable trabajo de difusión. Otro debate es si de tanta difusión, han llegado a distorsionar la visión de la ilustración como profesión”.
Para mejorar la situación de la profesión Fran Parrenyo cree en predicar con el ejemplo, tratando de ser un profesional lo más íntegro posible. “Siempre he pensado que eso es más eficiente a largo plazo que cualquier griterío o arrebato”, concluye el artista alcoyano.
Le preguntamos a Fran qué consejo le hubiera gustado recibir cuando empezó a dedicarse a ilustrar: “Esa fue una de las cuestiones clave cuando, junto con Virginia Murcia y Luis Demano, diseñamos nuestra oferta educativa en el Máster de Ilustración Profesional de Barreira): “¿qué asignaturas me hubiesen gustado cursar cuando era estudiante de Ilustración?”. Con esto como horizonte y tras más de 15 años de experiencia, articulamos nuestro plan de estudios”.
Aún así, reconoce que la experiencia es un grado: “esto es como cuando nos advertían de pequeños que no metiésemos los dedos en el enchufe, y no era hasta que nos llevábamos una buena descarga eléctrica que entendíamos que realmente no debíamos hacerlo (a veces necesitábamos re-corroborarlo), pues muchos acertados consejos que me hubiesen podido dar en su momento, no los hubiese valorado lo suficiente hasta haberme pasado la experiencia por las manos. Quizá sí me hubiese gustado haber sido capaz de haber pensado en mi carrera profesional a más largo plazo de lo que lo he sabido hacer”.
Muchas gracias a Fran Parrenyo por haber colaborado con nosotros en este proyecto, ¡esperamos volver a trabajar juntos pronto!