Hoy en día, muchas compañías deciden erróneamente reducir gastos en la impresión de catálogos en papel, sin embargo, sigue siendo una acción publicitaria enormemente efectiva a la hora de crear imagen de marca.
La calidad, elemento fundamental
Pero no sirve cualquier catálogo: ya sea una empresa que realiza un catálogo destinado al consumidor final o un dossier para profesionales, la calidad es fundamental para que la inversión no caiga en saco roto.
Son muchos los que han dado por muertas a las publicaciones promocionales en papel y, sin embargo, por lo que respecta a los catálogos de productos destinados al consumidor final, su presencia sigue siendo masiva.
Los catálogos se agotan rápidamente
Simplemente hay que esperar a finales de agosto y preguntar en un kiosco por el catálogo de Ikea. La respuesta más común: «Está agotado».
En varias ocasiones han tratado de dejar de publicar sus catálogos en papel, pero al final siempre han vuelto a hacerlo, anunciaron que por la Covid 19 en 2021 no habría catálogo en papel, pero vuelve a estar disponible. Por algo será, los usuarios queremos catálogos en papel y los grandes fabricantes son conscientes de que invertir en catálogos de papel es rentable.
¿Cuál es la clave del éxito de este catálogo?
Sin duda, sus contenidos de calidad, con imágenes y estilismos elaborados, lo convierten en una poderosa arma de promoción y en la publicación más popular del mundo, con 208 millones de copias distribuidas. Además, el hecho de que esté realizado en papel es un plus que permite marcar páginas, coleccionarlo, compartir su lectura con otros y llevarlo de un lado a otro sin miedo a que una inoportuna caída lo rompa. Un clásico moderno avalado por su éxito mundial y un ejemplo a seguir por muchas compañías que quieren potenciar o mejorar su imagen de marca.
En este artículo de Forbes (en inglés) intentan explicar porqué siguen existiendo y triunfando los catálogos de productos en papel.
Y, ¿qué ocurre con los catálogos o dossiers de empresa destinados a profesionales?
Sin duda, son un gasto que a día de hoy puede parecer superfluo; pero nada más alejado de la realidad.
En tiempos de crisis, la imagen pública de una empresa cobra más importancia que nunca y el prestigio que supone tener un buen catálogo impreso no puede ser sustituido por un simple pdf enviado por mail.
El formato importa, y el catálogo en papel -especialmente si está realizado siguiendo unos estándares rigurosos de calidad como los de La Imprenta CG, es la mejor carta de presentación en ferias, convenciones o reuniones; ya que dota a la empresa de una imagen de solvencia y profesionalidad imprescindible para sobrevivir en una coyuntura de incertidumbre económica.
Campañas que pongan en valor los servicios y productos
Una buena campaña de imagen empresarial, por tanto, debe combinar los medios digitales y tecnológicos con un buen catálogo o dossier en papel que acerque la marca a sus clientes potenciales de una manera que lo electrónico no puede abarcar y que ofrezca una imagen poderosa, solvente y profesional. Renunciar a una herramienta de promoción como esta puede costar muy caro, mucho más de lo que cuesta contratar un buen trabajo de impresión.