Hoy en el blog nos adentramos en el tema de la tipografía con la colaboración de José Luis Meliá Roger, tesorero del Museo de la Imprenta.

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Tipos para imprenta.

Historia de la tipografía

Mediante la palabra tipografía se designa tanto el establecimiento gráfico en el cual se componen e imprimen publicaciones, como el arte de componer e imprimir.

Debemos añadir que, en un sentido más actual, se considera a la tipografía como el estudio y análisis de los diferentes tipos o caracteres que componen un texto, no desde el punto de vista del contenido, la gramática o el estilo de la escritura sino del aspecto visual y del diseño. En definitiva, una forma más de arte.

La tipografía considerada como composición de un texto con caracteres sueltos tiene su origen en Gutenberg.

La composición manual la realiza el cajista, que dispone de una caja dividida en compartimentos de diversas dimensiones y posiciones llamados cajetines, con su lugar para las mayúsculas (arriba a la izquierda) y el de las minúsculas ( abajo) viniendo de ahí la denominación de caja alta (mayúsculas o versales) y caja baja (minúsculas).

Los compartimentos más grandes y situados en posiciones de más fácil acceso contienen las letras de uso más frecuente, así como los espacios para la separación de las palabras. En los demás se encuentran las restantes letras y los signos.

El cajista dispone, a su vez, de los “blancos” (regletas, cuadrados…) es decir líneas de plomo, aleaciones ligeras o plástico de diversas longitudes y espesores utilizadas para llenar los espacios que deben quedar en blanco.

En la tipografía tradicional, sistema Didot, la unidad es el cícero, subdividido en 12 puntos cada uno de los cuales equivale a 0,376mm.

El lugar donde se guardan las cajas se llama chibalete, palabra que proviene del francés «chevalet» que significa caballete. Es un mueble parecido a un pupitre, usualmente de madera dividido en los cajones llamados cajas; cajas que atesoran los tipos según su cuerpo y fuente.

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Conjunto de chibaletes.

Para componer un texto el cajista recoge una a una las letras, signos o blancos del cajetín correspondiente y los va colocando en el componedor; éste consiste en una barrita o placa de metal con sección en ele, cerrada en el extremo derecho y dotada de un cursor que se desplaza y queda bloqueado en la medida de la línea que se quiere componer.

Una vez compuesta la línea con sus espacios completos, el cajista procede a dar al conjunto de los caracteres y de los espacios exactamente la longitud deseada. Para ello sustituye los espacios anteriormente usados por otros de mayor o menor anchura según el caso, pero siempre de acuerdo con las reglas de estética establecidas dentro de la tipografía.

Cuando se ha llenado el componedor las líneas compuestas se depositan sobre una superficie plana de bordes realzados, llamada galerín o galera.

Después de haber terminado íntegramente una columna de composición y haberla completado con los títulos extraídos de otras cajas de caracteres, el cajista iguala la composición por medio de otros lingotes y la bloquea o sujeta con un cordel. Así la columna queda lista para sacar con ella una prueba, sobre la cual los correctores indican los errores cometidos en la composición.

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El más antiguo de los sistemas de impresión

La imprenta tipográfica, el más antiguo de los sistemas de impresión, consta de diversos elementos que pueden esquematizarse en tres partes si se trata de máquinas para la impresión en hoja.

En las máquinas para la impresión en hoja existe una primera parte destinada a la recepción del papel. Una segunda parte en la cual tiene lugar la impresión propiamente dicha y por último se encuentra la parte correspondiente a la salida del papel impreso que se apila sobre los que le han precedido.

Las máquinas se dividen en varios tipos, según sea su conjunto impresor.

En las máquinas Minerva la composición queda bloqueada en un bastidor o rama, y colocada verticalmente en la máquina. Un conjunto de rodillos entintadores se desliza sobre la composición y distribuye la tinta sobre los caracteres.

Entre tanto la hoja de papel que ha de imprimirse se deposita sobre una plancha gruesa que por medio de un sistema de brazos y palancas comprime el papel contra la composición para volverlo a soltar a continuación. Así no existe un movimiento relativo entre la composición y el papel mismo y la operación de impresión se efectúa con una acción semejante a la operación de timbrado.

En la imprenta tipográfica la operación principal es la puesta a punto, es decir, suprimir las diferencias entre la altura de los caracteres debidas a ligeros desgastes causados por las impresiones precedentes o las irregularidades subsiguientes a la obtención de los duplicados de la forma, diferencias que pueden hacer que la presión de las letras sobre el papel sea excesiva o, por el contrario, insuficiente.

Además, las letras finas y pequeñas ejercen sobre el papel una presión mayor que las letras muy anchas por lo que tienden, no sólo a imprimir, sino incluso a perforar el papel.

Muchas gracias a José Luis Meliá Roger por este estupendo repaso a los inicios de la tipografía.