Cerramos nuestro calendario solidario con Xelon que, con su capacidad para transmitir emociones a través de los dibujos, plasma en una ilustración lo difícil que ha sido este año y la necesidad que tenemos todos de que “nos den cuerda”.
Para Xelon, cualquier cosa puede ser un problema o una suerte, todo depende de cómo se enfoque y de la manera de gestionarlo y de eso depende la felicidad.
Entrevista Xelon: dibujando el mundo y sus sensaciones
Entrevistamos al artista Xelon para que nos cuente cómo empezó a dibujar, cómo lograr vivir del arte, qué le inspira y muchas más cosas.
¿Cómo se despertó en ti la necesidad o el deseo de dibujar?
Yo siempre digo que dibujo “por envidia”, Carlos uno de mis hermanos mayores es un gran dibujante y siempre lo ha sido.
Dibujaba todo el tiempo y, además, muy bien. Recuerdo que dibujaba caballos y cosas que ahora pienso que son súper difíciles y él las hacía perfectamente. Él siempre estaba dibujando y yo lo veía y me decía a mí mismo: “Yo también quiero hacer eso”.
Me ponía a dibujar y, claro, no me salía nada parecido; pero bueno, más o menos allí empecé a querer dibujar y la necesidad la crea el propio ejercicio del dibujo, porque siempre quieres llegar a hacer cosas que no te salen o no sabes.
Entonces, practicas y practicas y vas mejorando. Esto crea el deseo de seguir dibujando. Al final, es muy curioso, 4 de los 5 hermanos dibujamos de manera profesional y nos ganamos la vida con ello. Para mí es natural porque es mi familia, pero la gente flipa.
¿Cuál es tu primer recuerdo con un lápiz en la mano?
Seguramente el que te he dicho antes. Me acuerdo de que me encantaba, de muy niño, hacer escenas, dibujos-juego que iban evolucionando: un ejército, entonces llega un tanque y ¡pam!; después la caballería, etc.
Eran muy bélicos, era como hacer un cómic en una sola viñeta dibujando y tachando encima continuamente.
Más tarde empecé a dibujar cómics, que creo que es el trabajo más absorbente y difícil del mundo, aunque tremendamente apasionante. Eres como el director de una gran súper producción de Hollywood, pero también eres el guionista, los actores, el que hace los decorados, el de sonido, etc. Agotador, es una pena que no exista una industria decente en España, que permita vivir del cómic, porque tenemos mucho talento.
¿Quiénes son tus referentes o influencias en literatura, música?
En cuanto a literatura, desde muy pequeño devoraba ciencia ficción de Asimov, Philip. K. Dick, Ray Bradbury y novelas policíacas y de suspense.
Me flipaba el futuro y la posibilidad de imaginar cosas increíbles. Si tengo que citar algo concreto, “Vurt” de Jeff Noon es una pasada y “Dune”.
Antes era un gran lector, ahora no leo apenas, pero estoy muy centrado en hacer mis propios libros, jajaja.
Tengo la suerte de que tenía unos padres y, sobre todo, tres hermanos mayores bastante melómanos e interesados en la música, que conversaban sobre grupos y compraban vinilos.
Así que tengo desde pequeño una cultura musical muy amplia y diversa, después ya fui añadiendo mis propios gustos a la receta y es verdad que la música es una parte importante en mi vida porque de adolescente tuve un grupo de hiphop donde hacía las producciones y, años más tarde con más experiencia, montamos otro que era una suerte de improvisación real en directo a caballo entre el hiphop, funk y rock: Stalker.
Me acuerdo que, cuando salía por los clubes en Valencia y eran las noches temáticas, me aburría de escuchar toda la noche el mismo estilo de música y me pasó tanto que al final me interesó el mundo del Dj, pero por ofrecer mi propia alternativa que no encontraba, fue mi manera de luchar contra el sistema y le pedí un préstamo a mi hermana Elida y me compré el equipo y empecé a moverme, a día de hoy es un trabajo que disfruto muchísimo y que es una parte de mi estabilidad creativa, porque la música es una de mis patas vitales.
Cuando pincho siempre intento ser muy variado y divertido para hacer honor a ese sentimiento que me hizo cruzar al lado oscuro de la noche.
Como referentes musicales tengo cien mil, más bien son canciones que me gustan y van cambiando con los años. Siempre he dicho que me gusta la música “negra”, suelen ser cosas divertidas y muy bailables con mucho “groove”.
Tus robots sensibles y auto-conscientes, ¿están reivindicando la imposibilidad de perfección de los humanos?
De alguna manera sí, aunque los humanos somos muy perfectos, si pensamos un momento sobre el funcionamiento de nuestro cuerpo y cerebro, es de una complejidad abrumadora, lo que pasa es que nos equivocamos en nuestras decisiones y somos muy tontos emocionalmente y no sabemos gestionar nuestros recursos.
Me imagino una época donde coexistiremos con los robots y estoy seguro de que estos pensarán que estamos poco evolucionados y equivocados en nuestros planteamientos, que estamos literalmente locos desde su punto de vista más lógico y racional, pero es verdad que esa locura, esa chispa, es justo la que desencadena las cosas más revolucionarias, o eso es lo que queremos creer.
Mis robots tampoco son perfectos, ni en la carcasa ni en su contenido. De hecho, son claramente imperfectos, asimétricos, con salientes y piezas en lugares extrañamente lógicos supongo para ellos, mis robots anhelan y viven por cosas muy humanas, el amor, la amistad, el equilibrio dentro de su existencia, las cosas que hacer después del trabajo, la paternidad, el envejecimiento, la muerte, la vida en sí misma.
Y son reflexivos, muy reflexivos, piensan mucho y es posible que lleguen a conclusiones maravillosas que nosotros no somos capaces de entender y aceptar, pero también son muy imperfectos, se equivocan y la lían, son una suerte de nuevos humanos con diferentes carencias y potenciales.
Hace poco alguien hablaba de mis robots como “androides” y me extrañó. Entonces lo busqué en el diccionario y androide, por definición, significa: “Robot con aspecto, movimientos y algunas funciones propias de un ser humano”. Y es verdad que se ajusta mucho más a lo que yo estoy creando que la palabra “robot”.
¿Te das cuenta? estaba equivocado en algo tan básico como la definición de mis creaciones, aunque es verdad que estos mismos robots han crecido y evolucionado mucho desde que empecé a fabricarlos, cada vez tienen más sentimientos e imperfecciones.
¿Qué consejo te hubiera gustado recibir cuando empezaste?
Que me hubieran dicho que, aunque todo parece muy difícil e imposible, todo reside en tener paciencia, constancia y buen humor.
Al principio lo quieres todo ya y hay que ser paciente. Aprendes que todo es posible si eres constante y eso es algo que aprendes con los años, con la experiencia.
Es verdad que para triunfar hace falta algo de suerte, pero la suerte alcanza a los que siguen ahí dándole día tras día.
El mero hecho de trabajar en lo que hago y seguir después de tantos años ya es un triunfo y para llegar a eso necesitas buen humor, porque es duro de la hostia.
En un ambiente familiar con tanta competencia, ¿surgen peleas, odios y envidias? ¿Os entrenabais juntos de pequeños para sobrevivir en un mundo que no reconoce el talento creativo?
Somos 5 hermanos, 4 chicos y una chica y, como todos los hermanos, nos hemos peleado y pegado de niños, lo normal, odio nunca hemos tenido afortunadamente.
Envidias… Pues es que, si tienes a Carlos Maiques (ganador de varios premios nacionales de cómic y excelente dibujante) o a Deih (uno de los mejores artistas urbanos del mundo) como hermano y tú también te dedicas a lo mismo, pues lo ves y quieres hacer o llegar a lo mismo que él.
Hay envidia, envidia sana, esa envidia que te pone las pilas para trabajar más duro para llegar a más. Tengo envidia de todos ellos, porque sobresalen en cada cosa que emprenden y son buenas personas.
En mi familia nos han dado libertad para elegir libremente nuestro camino, no teníamos que estudiar medicina o abogacía, sólo nos instaban a seguir estudiando, (aunque yo no lo hice, soy autodidacta).
Somos muy creativos y por suerte nos hemos sabido adaptar al mundo que nos ha tocado, yo he hecho mil cosas nada creativas para salir adelante (o igual eran soluciones creativas para poder seguir trabajando en mi carrera creativa).
El entrenamiento, si lo hubo, fue saber que tenías 4 hermanos más que estaban igual que tú: metidos en un fregado bastante complicado.
Nos queremos mucho y nos apoyamos, nos contamos los secretos técnicos y los trucos que aprendemos, para que el otro no tropiece con la misma piedra que tú aprendiste a saltar.
Ya desde pequeño te das cuenta de que vives en un mundo en el que te va a tocar pencar mucho para que se valore, pero para eso está la paciencia, la constancia y el buen humor.
¿De qué vive un creador? ¿Cómo ves el mundo laboral de los artistas? ¿Qué harías para mejorar la situación?
Un creador se pasa la vida pensando en cómo salir adelante haciendo lo que le gusta, sobrevivir manteniendo su estilo, sin venderse a lo que sabe perfectamente que podría ser comercial y a veces es pan para hoy, hambre para mañana.
Los creadores somos una rara avis que tiene una precariedad tan fuerte en su propio sector, que es inevitable tener que hacer trabajos en otros sectores para poder sobrevivir y no dejar del todo tu camino, somos intrusos de otras disciplinas cuando lo que querríamos sería poder dedicarnos a la nuestra.
Se vive de lo que se puede, algunos tienen más suerte o más ojo y se adaptan mejor, la mayoría se queda en el camino y deja su trabajo artístico, llegar al éxito sería trabajar sólo de algo creativo y con tu estilo personal y conciliar ese largo camino con una pareja que aguante todo eso…no es nada fácil. Un creador vive de la idea de vivir de su arte y hace lo que sea necesario para intentar lograrlo.
El mundo laboral tendría que revisarse y reinventarse mucho, porque es casi imposible vivir con los alquileres y gastos fijos de la sociedad actual, sin contar ya con la precariedad general de los sectores creativos, que deberían estar mucho más apoyados y mejor valorados, porque han demostrado ser de suma importancia para sobrevivir en crisis como la del covid-19.
Para empezar, creo que es lo más importante y más sencillo, revisaría la política de cuotas de los trabajadores autónomos, a algo razonable como en otros países, pagar según lo facturado, con una cuota mínima asequible si no ingresas.
Y revisar a la baja el impuesto del IVA en el arte. Sólo con estas dos medidas cambiaría el mundo de todo el sector creativo y daría margen a poder emprender y a meterse en proyectos y… ¡a vivir!
Muchas gracias a Xelon por colaborar con nosotros en nuestro calendario solidario. Para el equipo de La Imprenta CG siempre es una alegría realizar este calendario, trabajar con los artistas y volcar nuestra ilusión en un proyecto solidario como este.
Ahora… ¡a por el 2022!