Hoy contamos de nuevo con la colaboración de Antonio García Mengot, vocal y senador del Senado del Museo de la Imprenta, que nos introduce en la apasionante historia del príncipe impresor Raimondo di Sangro.

raimondo di sangro

La imprenta como agente modernizador

La historia moderna sería inconcebible sin la invención de la imprenta, ya que su uso y difusión cambió por completo la cultura occidental y, posteriormente, la historia del mundo.

Gracias a la imprenta el proceso de copiado se aceleró y en cuestión de pocos años los escritos llegaron a un público enorme, gracias a la difusión de conocimientos y el abaratamiento de los costes de producción.

Hasta el siglo XV, los monjes eran las únicas fuentes escritas de peso en la sociedad. El feudalismo otorgaba el papel de reproducción y difusión de conocimientos a la iglesia católica, por lo que también aceptaba que esta hiciese un papel censor.

Con la invención de Gutenberg, el trabajo de copista se amplió y entraron en juego las empresas que manejaban las imprentas y con ellas el capital.

Esto es importante, ya que la aparición de un nuevo negocio, la impresión de libros, abrió el abanico de lo “imprimible” no solo a lo estrictamente cultural, sino también a aquello que tenía demanda. Obviamente, lo prohibido y lo censurado siempre la ha tenido.

Una vez el copiado de libros paso a ser realizado por las imprentas, estas se regían por los temas que más se solicitaban e imprimían por encargo.

Una vez superada la censura previa, había libertad para imprimir libros de distintas temáticas y este círculo se fue abriendo con el paso de los años.

El Index librorum prohibitorum (Índice de libros prohibidos) era una lista de aquellas publicaciones que la Iglesia Católica, catalogaba como libros perniciosos para la fe y que los católicos no estaban autorizados a leer.

Fue promulgado por primera vez a petición del Concilio de Trento, por el Papa Pío IV. El Index conoció más de cuarenta ediciones. La última fue la de 1948 hasta que, el 8 de febrero de 1966, el papa Pablo VI la suprimió.

 

raimondo di sangro

Raimondo di Sangro: la leyenda negra del príncipe impresor

Esta nueva dimensión de la imprenta, aunque compartida y reconocida universalmente, se plasma y se construye con pequeñas historias, con pequeños relatos.

En cualquier acto de cultura, del tipo que podamos imaginar, el libro impreso y, por ende, la imprenta tiene su papel y su vital participación.

Es visita obligada en Nápoles, la capilla de Sansevero. La escultura del Cristo Velado, es admirada por multitud de viajeros y turistas que visitan la ciudad.

En realidad, la capilla (desacralizada) es un diseño del Príncipe Raimundo di Sangro, que creó un conjunto escultórico que pretendía ser su legado.

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Este conjunto es un mensaje, una historia. Desde alusiones a sus antepasados y a sus actos, hasta simbología masónica. En el conjunto de esculturas y símbolos se aprecia su interés por transmitir un mensaje.

Raimondo Di Sangro, Príncipe de Sansevero, fue un masón importante en el Nápoles de la segunda mitad del siglo XVIII y tenía fama de alquimista y de hacer experimentos que se salían de la moral al uso.

Desbordando toda ética, se creía que incluso experimentaba con los ciudadanos sus hallazgos científicos o alquimistas. Esto creó una «leyenda negra» en torno a él, que lo convierte en un personaje “maldito”

Entre sus experimentos, los más inquietantes son sus máquinas anatómicas: dos esqueletos humanos, pertenecientes a un hombre y una mujer,​ que presentan un modelo anatómico del sistema circulatorio humano, así como algunas de sus vísceras.

En el pasado se ha especulado con el método utilizado para su creación y que estuviera relacionado con la alquimia.

Sin embargo, un estudio dictaminó que ambos modelos son de manufactura humana, fabricados artificialmente con una mezcla de ceras pigmentadas, cable y fibras de seda; probablemente siguiendo técnicas comúnmente usadas por los anatomistas de la época.

Los esqueletos sí serían de procedencia humana. Se discute a quiénes pertenecen los cadáveres (algunos dicen que el hombre es el propio Raimondo, aunque no existe prueba alguna).

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Un nuevo impresor para un nuevo mundo a todo color

Raimondo di Sangro fue el séptimo Príncipe de San Severo y gran amigo de Carlos de Borbón, con posterioridad Carlos III rey de España, de cuyo círculo formó parte.

Destacó por sus múltiples incursiones en actividades técnico-científicas y sus máquinas militares y fusiles de disparo rápido.

A nosotros las que nos resultan más interesantes son sus trabajos como editor e impresor. Tuvo su propia imprenta, como no podría ser de otra forma.

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En ella editó sus propios libros para evitar la censura de sus rivales y enemigos. Entre los inventos más interesantes se encuentra un sistema para imprimir con varios colores simultáneamente. Desafortunadamente, no tenemos mucho conocimiento acerca de la mayoría de sus inventos. Su heredero Vicenzo di Sangro, vendió todas sus máquinas y biblioteca, dejando su legado o perdido o en el olvido.

Entre los libros de Raimondo di Sangro es de destacar la Lettera Apologetica, obra compuesta e impresa por el Príncipe en 1750 y que fue introducida en el índice de los libros prohibidos por la Iglesia en 1752.

La portada del libro con sus caracteres impresos a colores con el método inventado por el propio Raimondo di Sangro, sus tres láminas desplegables coloreadas a mano, y las cuarenta “palabras maestras” de un antiguo sistema de signos usados por los Incas del Perú (el quipu) hacen que este libro tenga un encanto extraordinario además de un notable interés histórico.

La capilla de San Severo está en la zona de la calle Scappanapoli, famosa vía que cruza el caso antiguo de Nápoles. Cerca de allí, en uno de los típicos callejones napolitanos, junto a belenes e imanes para turistas, encontré otra referencia a nuestro universo gráfico.

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Una máquina de linotipia expuesta en un pequeño escaparate. Dejó de trabajar para Il Mattino de Nápoli en 1983. Unas tecnologías que sustituyen a otras tecnologías. Toda una paradoja.

Un poco más allá, en la Piazza de Gesù Nuovo, un artesano componía nombres para turistas con tipos de madera móviles.

En el año 2021, en no más de 50 metros, tres diferentes tecnologías de la imprenta, separadas por casi 600 años, compartían espacio y atención.

Muchas gracias a Antonio García Mengot por descubrirnos al príncipe impresor, un apasionante personaje de la Historia de la Imprenta.