Estrenamos nuestro flamante calendario 2022 con el trabajo de Cristóbal Aguiló Domínguez, un diseñador atípico, que utiliza la plastilina para la creación de sus obras.
Empezamos 2022 con Cristóbal Aguiló y sus esculturas de plastilina
Cristóbal Aguiló Domínguez se graduó en la Escuela de Artes y Oficios de Valencia como Técnico Superior de Ilustración.
A lo largo de su carrera en el sector de la comunicación, ha realizado trabajos como diseñador gráfico, creativo, ilustrador y director de arte para varias agencias de la Comunidad Valenciana y Murcia.
En 2008, Aguiló fundó su propio estudio, especializado en la realización de campañas gráficas para eventos culturales y con su técnica basada en las figuras de plastilina como estandarte.
Durante este periodo, ha logrado más de 150 premios a nivel nacional entre los que se cuentan el otorgado por el Instituto Juan Gil Albert de Alicante y el cartel del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria.
Entrevistamos a este original creador, culpable de que se nos alegre la mirada cada vez que vemos su diseño para nuestro calendario. Gracias a él, enero es menos frío.
Un estilo basado en el trabajo manual y el detalle
En tu caso, las ilustraciones pasan por un trabajo manual muy laborioso de construcción de muñecos y personajes en plastilina para plasmarlos en fotos y carteles. ¿Qué te aporta ese material que no encuentres en los diseños virtuales en 3D?
Sí, es un proceso manual y laborioso la verdad. Primero creo los personajes, dibujo toda la escena final y empiezo a trabajar sobre ello. Modelo todo directamente en plastilina.
Lo bueno de este material es que se trabaja muy bien, permite mezclar colores y luego al fotografiar puedes ponerle la luz que necesites dependiendo del proyecto.
Pero sobre todo es la inmediatez y la rapidez con que obtienes el resultado final. El 3D también es un proceso muy complicado y la verdad es que no controlo los programas, algún día me pondré.
¿Cómo se despertó en ti la necesidad o el deseo de ilustrar? ¿Cuál es tu primer recuerdo con un lápiz en la mano?
Pufff, aunque suene a tópico yo dibujo desde siempre y he tenido el deseo de crear mi propio universo desde que recuerdo.
Ya de muy pequeñito me basaba en láminas de dibujo para aprender, copiaba mucho y recuerdo hacer competiciones con compañeros a ver quién lo ilustraba más parecido, creaba y diseñaba superhéroes con 8 añitos, …¡qué monoooo!, hacía cómics, etc.
Antes no había tantas cosas como hay ahora para los niños y yo con mis rotuladores y mis folios era feliz, me pasaba las horas muertas. Lástima que no conservo nada de aquella época. Mi primer y ÚNICO monopatín lo gané en un concurso de dibujo, pues no ha llovido.
¿Tienes algún rito especial, alguna manía cuando te enfrentas a un proyecto creativo?
No, no soy nada maniático; lo que soy es muy meticuloso. Me gusta estudiar bastante las posibilidades, antes de encarar el resultado definitivo porque hay que tener muy claro cómo va a quedar la ilustración final, posiciones, texturas, etc.
¿Qué es lo más raro que has llegado a dibujar-realizar?
Más que raro es que en algunos diseños he realizado pequeñas maquetas en volumen para incorporárselo a los personajes, como vehículos, naves. He llegado a construir una nave espacial con un azucarero de plástico y una copa de cristal, incluso con botes de detergente.
Al final se trata de una cuestión de imaginación. Siempre me gustó crear cosas. Recuerdo que una vez le saqué todos los ojos a las muñecas de mi hermana para crearme una pulsera muy psicodélica. Claro, ella alucinó cuando llegó a casa y vio a sus muñecas con un tajo de oreja a oreja.
Ahora lo contamos como una anécdota graciosa pero en aquel momento…buff, pedazo de castigo que me cayó.
¿Quiénes son tus referentes o influencias en literatura, música, etc.?
Bueno, por hablar de creadores cercanos a lo que yo hago, siempre me gustaron las películas de animación de los ochenta, cuando todo se hacía a mano.
“Cristal Oscuro” de Jim Henson me parece una obra maestra, aunque en aquellos años no había la tecnología que hay ahora, se hacían cosas increíbles.
Siempre he sido fan de Richard Corben, Patrick Woodroffe y muchos más ilustradores clásicos. Actualmente el trabajo de Irma Gruenholz me parece muy inspirador. Ana Juan, Fernando Vicente, Jorge Arévalo, Jordi Labanda, Rébeca Dautremer; por citar algunos.
¿Con qué artista o creador/a te correrías una juerga?
Hombre, pues no salgo mucho últimamente, para que te voy a engañar, pero creo que si se pudiera en su día haberse ido de juerga con Andy Warhol o con Toulouse-Lautrec. No habría estado mal.
¿Nos recomiendas una peli o un libro?
Me gustan muchos géneros de cine, todas las que suelen tener un componente creativo. Las películas de ciencia ficción me encantan. Me gusta fijarme en los vestuarios, la creación de personajes, los escenarios, vehículos, no sé, no me gusta recomendar pelis ni libros porque cada uno saca una opinión distinta de lo mismo y es muy difícil. Cualquier álbum que leas de Paco Roca es una muy buena elección, “La Casa” me parece genial.
¿Crees que el trabajo de ilustrador/a está suficientemente reconocido?
Bueno, es un mundillo muy difícil, hay autores muy reconocidos hoy, pero también hay mucha gente que realiza trabajos extraordinarios y no puede vivir de esto, en todos los años que llevo en comunicación ha habido muchas modas.
Ahora se está viviendo un auge realmente fabuloso y la ilustración tiene un lugar importante, pero se sigue pagando poco, a veces hay proyectos que siguen sin compensar económicamente, pero los que amamos esta profesión ya conocemos esa sensación y estamos habituados.
¿Qué harías para mejorar la situación?
¿Hacerme funcionario tal vez? Ja, ja, ja… Realmente no lo sé, ahora hay muchas formas de buscar proyectos y es todo mucho más fácil que antes.
Las redes sociales y la tecnología han favorecido la apertura de miras. Puedes trabajar para cualquier parte del globo sin moverte de casa. Aunque también tienen su lado negativo, desgraciadamente ahora depende casi más de los like que tengas en Instagram, que te valoren.
Creo que el trabajo creativo sigue sin tener el reconocimiento que se merece en muchos aspectos, pero bueno, supongo que es la vida del “artista”. Es un canon que hay que pagar por disfrutar de tu trabajo.
¿Qué consejo te hubiera gustado recibir cuando empezaste?
Yo empecé muy joven. Con 19 años ya estaba trabajando en una agencia, prácticamente al dejar la Escuela de Artes Aplicadas de Valencia, eran otros tiempos. Más que consejos lo que me hubiera gustado es que las escuelas de arte en aquellos días hubieran estado más profesionalizadas, salías con muy poca experiencia y con una visión del mundo laboral muy diferente al mundo real.
Había que aprender a base de tropezones, era duro y enriquecedor. Hubo un momento en el que estuve por aquellos tiempos visitando la Saint Martins College of Art & Design de Londres y, claro, salías con los ojos como platos de ver la diferencia.
Estábamos a años luz. Recuerdo que la gente que conocía hacía piezas para vídeos de David Bowie, desfilaban para Gaultier o Thierry Mugler.
Menos mal que ya se ha evolucionado bastante y las nuevas generaciones tienen la suerte de contar con más profesionales impartiendo asignaturas y aprenden mucho mejor.
Muchas gracias a Cristóbal Aguiló por compartir con nosotros su experiencia y su trabajo. Ha sido todo un placer contar con él para nuestro calendario solidario.
Os recordamos que los beneficios íntegros del calendario están destinados a la Fundación Ronald MacDonald.
Podéis haceros con vuestro ejemplar del calendario 2022 en la Librería Bangarang y en la Fundación Ronald McDonald (Carrer de la il.lusió nº 6, junto al hospital Nueva Fe). También se puede comprar online en nuestra web, en el siguiente enlace: Calendario solidario 2022.