Hoy contamos con la colaboración del miembro del Senado del Museo de la Imprenta, Enrique Fink Hurtado que nos detalla la trayectoria del pintor y litógrafo alcoyano Antonio Miguel Roque Pascual Abad.
Antonio Pascual Abad, un litógrafo con alma de pintor
Nacido el 17 de noviembre de 1809 en Alcoy, Antonio Pascual Abad al mostrar especiales dotes para el dibujo, fue enviado por su padre a Valencia donde estudió dibujo y grabado en la Academia de San Carlos.
En 1829, regresa a su tierra alcoyana donde instala un taller de litografía tan pronto como la regente María Cristina declara libre la profesión de la que había gozado de la exclusiva el pintor José de Madrazo y Agudo en el Real Establecimiento Litográfico.
En 1834, adquiere una prensa de pedal a José de Orga junto con una cantidad de las llamadas entonces “piedras de Múnich”. En 1839 constituye (Datos obtenidos del libro El litógrafo Pascual y Abad de Adrián Espí Valdés impreso en Alcoy en 1964 en la imprenta La Victoria) con Antonio Valero que aporta 10.000 reales y Ramón Muni que aporta la misma cantidad una sociedad para la “fabricación y elaboración esmerada de papel de fumar” aportando él 4.000 reales, su taller y enseres, pasando a ser diseñador artístico.
El negocio no se desarrolla con éxito y decide en noviembre de ese mismo año trasladarse a Valencia donde se instala en la calle de San Vicente, 178 con maquinaria adquirida al Sr. Bisech y traída de Munich. Inicia su tarea como litógrafo imprimiendo estampas de motivos religiosos. Pronto adquiere prestigio y en diciembre le premia la Sociedad Económica de Amigos del País por su retrato litográfico del Excmo. Sr. Duque de la Victoria.
En 1840, elabora las cubiertas de La Psiquis “periódico del bello sexo” que imprime Manuel López; en 1841 realiza las 700 ilustraciones de la Historia el Antiguo y Nuevo Testamento de Royaumont, traducida por Vicente Boix e impresa por Ventura Lluch; en 1843 ilustra una edición del Pícaro Guzmán de Alfarache y en 1844 el Álbum dedicado a la Reina Doña María Cristina por la juventud valenciana.
Se traslada a la calle Corona, 19 (a la casa de los condes de Albalat junto a la plaza de Mossen Sorell) y al poco imprime su conocida estampa de San Jorge en la Batalla de Alcoy.
Formó parte de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia que con motivo de la Exposición Regional de ese año le otorga la medalla de primera clase por: “sus adelantos en la litografía y fabricación de las telas de abanicos, de igual mérito y más económicos que los extranjeros”, en sus trabajos colaboraba en la aplicación del colorido su hijo Godofredo Pascual.
En 1847, hizo las litografías de la Galería pintoresca; en 1851 participó en la Exposición Universal de Londres. En 1857 presentó un proyecto de impresión de un plano-guía de la ciudad de Valencia.
Viaja a París y a Baviera en 1859 donde conoce los más modernos sistemas de cromolitografía, grabado y estampado que incorpora a su taller, ese año se ocupó de las láminas de El Padre Nuestro meditado de G. Sendra que imprimió la Regeneración Tipográfica.
Abanicos, estampas y mapas; sus grandes éxitos
Se traslada en 1860 a la plaza de Mossen Sorell, 9 destacando sus impresiones de los abanicos denominados Rueda de la Fortuna.
Es habitual su petición al Arzobispado de indulgencias para los devotos que adquieran sus estampas de tipo religioso entre las que destaca la de San Vicente Ferrer o la del Cristo de la Sangre de Llíria.
En 1861, se incorporará a su taller como aprendiz el que luego será afamado litógrafo Simeón Durá Vidal. Por fin se realiza el plano de la ciudad de Valencia, una litografía de 0,92×0,72 con el título de Litografía del plano de la capital con su proyectado ensanche y el ayuntamiento lo nombra su litógrafo oficial. De este plano en su edición de 1864 hay un ejemplar en la Biblioteca Municipal de Valencia.
En 1867, hace un retrato litografiado de Josep Bernat i Baldoví que figura en su “Corona Fúnebre” editada en su fallecimiento. Desarrolla todo tipo de impresiones, en blanco y negro o en color, en boj, en piedra o en plancha de cobre o estaño. En 1880 se le cita como “el más antiguo de los litógrafos de España”.
En 1881, se traslada a la calle de Espinosa, 8. A principios de junio de 1882 hace su último trabajo, una estampa de la Virgen de la leche y fallece el día 29. Prosigue el taller por breve tiempo su viuda Sinforosa Francés junto con sus hijas Isabel, Matilde y Alejandra; su viuda fallece el 3 de marzo de 1883 y durante unos pocos años sus hijas continuarán el taller de litografía.
Muchas gracias a Enrique Fink Hurtado, por descubrirnos la figura del litógrafo Antonio Pascual; figura destacada de las artes gráficas valencianas.