El mes de julio de nuestro calendario pertenece a la ilustradora valenciana Lina Vila que, con su refrescante y luminoso estilo, nos ayuda a sobrellevar la canícula.
Lina Vila: formas limpias y colores exuberantes
La ilustradora Lina Vila es licenciada en Bellas Artes por la Universitat Politècnica de València, aunque reconoce que su mejor escuela fue pasar como colaboradora por La Nave, el colectivo referente e imprescindible del diseño en València, hasta que, en los 90, creó su propio estudio.
En 1998 fundó el Estudio Lina Vila desde el que propone soluciones de diseño en todas las disciplinas: desde la imagen corporativa, a las campañas de comunicación gráfica, el packaging, el textil, la edición, o el desarrollo de espacios y productos personalizados a través del diseño.
El equipo del Estudio Lina Vila se complementa con colaboradores en las disciplinas de diseño, fotografía, desarrollo web, etc.
El estilo de Lina como ilustradora se define por el color exuberante y la narrativa de sus ilustraciones, que se equilibran y depuran en la funcionalidad y limpieza de sus diseños.
Entre los clientes de Lina Vila, destacan la Fundación Bancaja, el Ayuntamiento de València, la Generalitat Valenciana, IVM (Instituto valenciano de la Música), Grupo Eroski, Consum, Findus, Editorial Mediavaca, Aplikids, Fournier, Editorial Savanna books y la Diputación de Valencia; entre otros.
Además, Lina Vila colabora habitualmente con iniciativas sociales y culturales como la publicación de Benvinguts al Cabanyal, la ONG PayaSOSpital o el proyecto Avanzadoras de Oxfam Intermón.
Entrevista a Lina Vila
¿Cómo se despertó en ti la necesidad o el deseo de ilustrar? ¿Cuál es tu primer recuerdo con un lápiz en la mano?
Desde pequeña me gustaba dibujar, era la típica niña a la que le que interesaban mucho los concursos de dibujo. Recuerdo comprarme en la papelería las láminas de Emilio Freixas para aprender a dibujar: peces, paisajes, parejas con trajes regionales, animales… Me pasaba horas copiándolas.
También recuerdo los veranos haciendo muchas manualidades. Compraba arcilla en una alfarería de Paterna y hacía ceniceros con personajes y luego los secaba al sol, me obsesionaban The Muppets de Jim Henson y hacía marionetas con poliespan y telas.
Mi primer libro ilustrado fue uno de poemas para Tàndem Edicions, Paco Bascuñan me abrió la puerta de esa colaboración, allá por el año 1993.
¿Tienes algún rito especial, alguna manía, cuando te enfrentas a un proyecto creativo?
Me gusta ordenar mi mesa luego enciendo una vela blanca que lleva puesto el nombre del cliente, digo un texto en alto y luego la enciendo… ¡Es broma, ja, ja ja!
No tengo manías ni ritos, lo del orden sí que es cierto. Necesito tener orden en mi mesa que por supuesto va despareciendo a medida que avanza el proyecto.
¿Qué es lo que más raro que has llegado a dibujar?
Pues lo más raro me pasó hace poco, no me quedó otra que rediseñar la lápida de mis padres y abuelos ante la decisión sorpresa del marmolista que decidió colocar 20 docenas de flores talladas en el mármol… ¡Un abuso de flores en toda regla!
Después de mi rediseño os tengo que decir que es la lápida más sencilla y ordenada tipográficamente del cementerio. Somos tendencia y creo que ahí hay nicho de mercado… ¿#LapidasVila?
Cuéntanos alguna anécdota divertida-tronchante-absurda que hayas vivido en primera persona en el ejercicio de tu oficio J
Acudir a un evento, que me presenten a Ximo Puig y llamarle “Perla”. Momentazo.
Los favoritos de Lina Vila
¿Quiénes son tus referentes o influencias en literatura, música, etc.?
La verdad es que no tengo referentes muy marcados. Soy muy emocional y me encanta perderme por Spotify escuchando la música que me recuerda a mi casa cuando era pequeña: Antonio Machín, recuerdo esas portadas de vinilos de amor tórrido de Matt Monroe, Los tres Diamantes, Vicentico Valdés, Bambino, María Jimenez (a María la pongo siempre en el coche cuando quiero llegar rápido a los sitios, porque llego antes).
La música es para mí como abrir una bolsa de frutos secos variados y el porrat sería el reguetón y la música electrónica. Con el resto, no hay problema.
Y con la literatura me pasa un poco lo mismo, pero echo de menos tener más tiempo para leer sin quedarme dormida en la segunda página. Tengo debilidad por Jose Luis Sampedro y su libro La vieja sirena. Acabo de leer A mí no me iba a pasar de Laura Freixas y ahora estoy leyendo Dicen los síntomas, de Bárbara Blasco.
¿Con qué artista o creador/a te correrías una juerga?
Ya no me veo de juerga pelotera sin acabar en Urgencias, pero me cogería una silla de playa y me sentaría detrás de Raymond Savignac para verle trabajar y estar con él 24h. Luego iríamos a tomar algo, porque nos íbamos a caer muy bien y ya, si eso, a cenar y a casa, sin pasar por karaoke ni nada.
¿Nos recomiendas una peli y un libro?
Peli: Hace poco vi por recomendación de mi hijo “Frances Ha” de Noah Baumbach, por recomendar una película que no sea muy conocida.
Libro: Tengo un libro al que le tengo verdadera devoción: Memorias de sobremesa. Conversaciones de S. Harguinday con Manuel Vicent y Rafael Azcona. Son tertulias de sobremesa donde trasladan recuerdos de sus inicios en la España de los años 50, curiosidades y reflexiones sobre la vida, la política, la iglesia, la patria, el éxito…
Es un libro editado en el año 1998 y quiero pensar que si se editara hoy habría paridad de género entre los tertulianos, eso es lo único que echo de menos.
El sector de la ilustración para Lina Vila
¿Crees que el trabajo de ilustradora está suficientemente reconocido?
A pesar de lo necesaria que es la presencia de la ilustración en la sociedad: productos de consumo, campañas, editorial…, aún no está suficientemente reconocida porque es evidente la precariedad del sector, aún hay que hacer un sobreesfuerzo en la mayoría de proyectos por educar al cliente, exigir derechos de autor que ya deberían darse de forma natural.
¿Qué harías para mejorar la situación?
Informarse bien, perder el miedo a exigir y hacerlo siempre, es una carrera de fondo pesadita.
¿Qué consejo te hubiera gustado recibir cuando empezaste?
Siendo mujer: “Que no te engañen Lina: o familia o trabajo”.
Conseguir las dos cosas es una falacia enorme, tal y como funciona la sociedad.
Muchísimas gracias a Lina Vila por compartir con nosotros su humor y talento, ha sido un auténtico placer contar con ella para nuestro calendario solidario.
Os recordamos que los beneficios del calendario están destinados a la Fundación Ronald MacDonald. Podéis haceros con vuestro ejemplar del calendario 2022 (AGOTADO) en la Librería Bangarang y en la Fundación Ronald McDonald (Carrer de la il.lusió nº 6, junto al hospital Nueva Fe).También se puede comprar online en nuestra web, en el siguiente enlace: Calendario solidario 2022.