El IVAM acoge, hasta el 10 de septiembre, la exposición La Nave 1984-1991, un homenaje al mítico grupo de diseñadores que modernizó la imagen de la Comunitat Valenciana.
El IVAM expone la muestra La Nave 1984-1991, en la que se pueden contemplar algunos de los proyectos más significativos del colectivo de diseñadores valencianos.
La Nave surgió en València en 1984 de la unión de dos equipos, Caps i Mans y Enebecé. El grupo estaba compuesto por once diseñadores que, compartían espacio de trabajo en una nave industrial y que encaraban los proyectos tanto individualmente como en equipos formados especialmente para los encargos más complejos.
La Nave estaba formada por Eduardo Albors, Paco Bascuñán, José Juan Belda, Carlos Bento, Lorenzo (Quique) Company, Sandra Figuerola, Marisa Gallén, Luis González, Luis Lavernia, Nacho Lavernia y Daniel Nebot.
En su “Manifiesto”, el grupo define su modus operandi a la perfección: “Nos interesan más los lenguajes que los estilos. Admiramos la precisión del políglota que conoce y mezcla distintos lenguajes para decir cosas nuevas, o las de siempre de otra manera. Nos aburre la repetición de tics o modos. Nos seduce más la ambigüedad inteligente que la fe ciega. No hacemos distinción entre styling o racionalismo, entre estética o función, entre moda o diseño, sólo entre buenos y malos resultados.
Y no nos preocupa cambiar de opinión y decir justo lo contrario cuando lo creamos así. Estamos vivos”.
Miembros de la nave y colaboradores, en los años 80.
Logos diseñados en La Nave.
La exposición está comisariada por Nacho Lavernia y Daniel Nebot, Premio Nacional de Diseño en 2012 y 1995, respectivamente.
Para Nuria Enguita, directora del IVAM, la fuerza de La Nave residía en que eran creativos de distintas disciplinas, “cuyo trabajo fue clave en el proceso de modernización de la ciudad de València y en la eclosión del llamado Nou Disseny Valencià”.
Sin duda, el trabajo de La Nave se encuadra en un contexto social de trascendentales cambios políticos, sociales y culturales en el que la sociedad española estaba hambrienta de modernidad.
Además, a nivel gráfico y estético, coincide con un punto de inflexión en la práctica del diseño con la aparición del estilo posmodernista, que representó una liberación formal y la superación definitiva de los rígidos principios del Modern Style sintetizados en el rechazo al ornamento y la máxima de Louis Sullivan «la forma sigue a la función».
El diseño resultante se vio influenciado por los principales movimientos de ruptura de la época: Memphis y Alchimia en Italia; la figura emergente de Philippe Starck; el grafismo de Neville Brody; el trabajo de Sostres o Peret en Barcelona, o el de Tibor Kalman en Estados Unidos.
Algunos de los integrantes de La Nave, durante la presentación de la exposición.
La Nave se disolvió en 1991, cuando empezaba a contar con clientes extranjeros como Alessi, en Italia, o Tombow en Japón.
A partir de la disolución de La Nave cada uno de los integrantes continuó su trabajo por separado, cosechando éxitos y premios (la última, Marisa Gallén, Premio Nacional de Diseño en 2019). Sin embargo, la labor docente de gran parte del grupo, su implicación en actividades colectivas y la buena relación personal y las colaboraciones que han mantenido a lo largo de los años, ha facilitado que el espíritu de La Nave siga vivo.
Durante los siete años que trabajaron juntos diseñaron objetos, marcas, muebles, publicaciones y espacios para una sociedad que quería dejar atrás el pasado franquista. “La Nave recogió el espíritu de innovación que se vivió en la década de los ochenta en todos los ámbitos, que renovó la imagen de instituciones públicas y privadas”, señaló Daniel Nebot en la presentación de la muestra.
El trabajo de La Nave ha marcado a varias generaciones de diseñadores. Sus imágenes creadas para organismos públicos o para empresas privadas no sólo tuvieron gran trascendencia entre los profesionales del momento, sino que han perdurado a lo largo de los años, un ejemplo de cómo el diseño bien hecho está por encima de modas y tendencias.
Estos trabajos avalaron la percepción posterior de La Nave como un referente de calidad y de rigor profesional. Y la exposición del IVAM lo demuestra.
Hinchable creado a partir de la tarjeta de visita del grupo.
