The dark ride es un fotolibro obra del fotógrafo portugués Tiago da Cruz, ganador de la primera Beca Alberto Galán que concede UFCA Colectivo Fotográfico, y que hemos impreso en nuestros talleres.
The dark ride: un paseo por el lado oscuro
El fotógrafo Tiago da Cruz, residente en Algeciras, es el autor de The dark ride, un fotolibro publicado por UFCA Colectivo Fotográfico con motivo de la primera Beca Alberto Galán, que concede dicha asociación.
The dark ride cuenta con fotografías de Tiago da Cruz, textos de Sanda Balvín y diseño de Eduardo Vargas.
Las imágenes de Da Cruz sumergen al lector en un oscuro trabajo de reportaje subjetivo o introspectivo. Las fotografías están en parte escenificadas, pero siempre realizadas bajo cierta atmósfera de realidad posible.
El estilo de Da Cruz está lleno de connotaciones formales y semánticas que nos dirigen directamente al mejor cine negro; pero con códigos visuales y narrativos locales, en concreto los que se dan en el sur de España, por la zona del Campo de Gibraltar; huyendo de las más manidas referencias al cine estadounidense.
Su historia, titulada The dark ride, es más emocional y sensorial que concreta y, aunque no cuenta con guion lineal, se apoya en una narrativa secuencial y ordenada de las imágenes. El relato es pretendidamente abierto y, con ello, con un mayor componente ficcional y enigmático.
Tiago Da Cruz registra escenas que pertenecen a determinados submundos de la noche en los que también se sumerge habitualmente como uno más. Esto le otorga una especie de pasaporte para documentar de una forma muy descarnada y verista, pero sin perder la empatía, intimidad y cercanía con los protagonistas de sus imágenes.
El propio autor señala: «Los habitantes de la noche son desconfiados y solo aceptan la presencia de quienes caminan junto a ellos sin juzgarlos».
Da Cruz fotografía parte real de su vida, pero no como un diario autobiográfico, sino como una ficción, con imágenes construidas e incluso con carácter simbólico o alegórico. El fotógrafo huye del lenguaje feísta y sus imágenes son preciosistas, exquisitas en el uso de las luces y la composición.
Da Cruz consigue recrear un particular y silencioso universo cerrado, de personajes misteriosos, moteles, bares y antros de carreteras secundarias; con atmósferas a veces claustrofóbicas y angustiosas, oscuras casi siempre.
The dark ride se adentra en la noche, un paréntesis de tiempo en el que los códigos morales parecen ser diferentes. Pero son unos códigos que siempre «se desvanecen cuando llega la luz del día, dejando un sabor a medio camino entre la redención y la culpa», afirma el autor.
Tiago Da Cruz, un fotógrafo en la noche
El fotógrafo portugués Tiago da Cruz (Caldas da Rainha, Portugal, 1976), reside en Algeciras. Esta condición de extranjero y local da al trabajo de Tiago da Cruz una óptica única.
Sus proyectos están marcados por la noche y las situaciones que se generan en este periodo de silencio y oscuridad, alcanzando sus instantáneas un grado de intimidad que es posible, entre otros motivos, debido a la luz artificial, que genera una atmósfera sugerente entre misteriosa e irreal.
Desde sus primeras series, Espacios (2002) y Paraíso Perdido (2004), da Cruz plantea una reflexión sobre lo que no se ve. Son espacios reconocibles, experiencias sencillas y cotidianas que tienen su origen en sus propias vivencias personales, un estilo casi imperceptible que es su seña de autor. Todo ello se reafirma en su serie Void (2007), donde el vacío sigue siendo un reto y sus fotografías, rumores de una realidad en la que lo humano se detecta por su falta.
Da Cruz empezó con las ausencias y más tarde avanzó hasta las presencias. Ya establecido en Algeciras, su cámara se mueve hacia quienes habitan estos escenarios, embarcándose entonces en su proyecto más ambicioso hasta la fecha, La Isla (2010). Aquí retoma la idea dormida de Isla Verde, nombre árabe del islote situado frente a la costa algecireña. A modo de libro crea una cartografía imaginaria de la ciudad que nos muestra a través de una serie de dípticos de personas y espacios, alternando así paisaje y retrato.
En The dark ride (2012) siguen siendo protagonistas los individuos; aunque en este caso, las imágenes están tratadas con cierto preciosismo que invita al espectador a construir una historia imaginada. Si quieres hacerte con un ejemplar de The dark ride, puedes comprarlo aquí.