Febrero llega a nuestro calendario de la mano de Àlex Arizmendi, un artista todoterreno muy implicado también en proyectos que emplean las artes plásticas como herramientas educativas.
Àlex Arizmendi: mucho más que dibujante
Àlex Arizmendi, el encargado de ilustrar febrero en nuestro calendario, es licenciado en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de València, especializado en dibujo.
Àlex compagina su trabajo como ilustrador con la docencia, ya que es profesor de dibujo y pintura en la academia Arte 43. Además, realiza procesos de artes gráficas y proyectos que emplean las artes plásticas como herramienta educativa.
También realiza tareas de gestión cultural e intervenciones en contextos urbanos, como la campaña municipal «Buscant Camins», del Ayuntamiento de Mislata, en la que a través de diferentes intervenciones en el espacio urbano, se logra una red de caminos escolares seguros.
Entrevista a Àlex Arizmendi
¿Cómo se despertó en ti la necesidad o el deseo de dibujar? ¿Cuál es tu primer recuerdo con un lápiz en la mano?
La verdad, no se decirte. Desde que tengo memoria me recuerdo con un lápiz en la mano. En mi casa y en mi familia las artes plásticas y la cultura eran algo muy valorado y potenciado. De pequeño, me recuerdo siempre dibujando, pintando y haciendo inventos con cajas de cartón.
De la mano de mi madre iba todas las semanas a ver exposiciones de pintura en las pocas galerías que había en València en aquella época y, sobre todo, visitamos asiduamente el museo de Bellas Artes. Ella, que era una gran dibujante e ilustradora, supo sembrar en mí el amor por las artes plásticas.
¿Tienes algún rito especial, alguna manía, cuando te enfrentas a un proyecto creativo?
Creo que la única manía que tengo es tener siempre el lápiz bien afilado. Da igual qué tipo de proyecto inicie, el lápiz tiene que estar bien afilado. Creo que es más bien un TOC.
¿Cómo definirías tu estilo?
No me atrevería, podría decir que mis referentes son las vanguardias históricas, pero al mismo tiempo me gustan artistas actuales con estilos muy diferentes.
Lo que sí podría decir es que la arquitectura y los paisajes urbanos me apasionan y tienen un peso importante en mi producción.
Busco, sobre todo, lugares «amenazados» por la vorágine urbanizadora y espacios en procesos de degradación. Me atrapan, no lo puedo evitar.
Otras veces, sin embargo, elijo edificios que están «a salvo», simplemente para disfrutar de su belleza.
¿Qué técnica o material prefieres a la hora de trabajar?
La verdad es que no tengo ni técnica ni material preferido, depende del proyecto que vaya a iniciar y las circunstancias en las que lo vaya a desarrollar. Disfruto empleando diferentes materiales.
¿Por qué has elegido esta imagen para el Calendario Solidario de La Imprenta CG?
Elegimos esta imagen porque representa una parte muy conocida de la ciudad de València, pero al mismo tiempo está hecha desde una perspectiva poco habitual.
¿Quiénes son tus referentes o influencias en literatura, música, etc.?
No sabría decir. Con los años, los autores y autoras que te impactan con sus escritos van aumentando hasta el punto de sedimentarse y algunos parece que desaparecen. Sin embargo, están ahí.
Diría que me impactaron Cortázar, García Márquez, Benedetti… Pero también Elfriede Jelinek, Toni Morrison, Patricia Highsmith, Stephan Zweig o José Saramago. Me estoy dejando a demasiadas.
A diferencia de la literatura, con la música me parece más fácil visitar a los autores que te han marcado, porque siempre los puedes escuchar mientras estás dibujando y pintando.
Escucho diferentes autores, desde Capella de Ministrers, Bach o Wagner; hasta Johnny Cash, Janis Joplin, Obrint Pas o Zoo; pasando por Silvio Rodriguez. Sigo dejándome demasiados.
En cuanto a los referentes plásticos, todavía se hace la lista más larga, pero por poner un ejemplo para no extenderme, diría Josep Renau, todo un referente que me parece que no está en el lugar que merece.
¿Nos recomiendas una peli y un libro?
Os recomendaría «La contadora de películas» de Lone Scherfig. Una película de corte clásico, pero con una historia llena de dignidad.
Un libro, «El infinito en un Junco», de Irene Vallejo. Nunca antes he disfrutado tanto de la cultura y el mundo clásico.
¿Crees que el trabajo de ilustrador está suficientemente reconocido? ¿Qué harías para mejorar la situación?
Creo que, aunque queda mucho por hacer, estos últimos años se han dado pasos en la buena dirección. Tanto la Universitat de València, como el CCCC del Carmen y el Salón del Cómic de València han hecho un gran trabajo para dar a conocer el magnífico trabajo de ilustradoras e ilustradores de aquí, tanto del presente como de generaciones anteriores.
Creo que exposiciones como «Ocultes i il·lustrades», de la Universitat de València, que reivindica la valía de toda una generación de ilustradoras condenadas al ostracismo por el hecho ser mujeres, ponen en el centro del debate la importancia de tener un árbol genealógico completo que dignifique la profesión.
No obstante, con el nuevo rumbo en cultura que han tomado las instituciones públicas no soy nada optimista, creo que vienen tiempos difíciles y que la promoción cultural plural recaerá una vez más en una sociedad civil, casi siempre con falta de recursos.
¿Qué consejo te hubiera gustado recibir cuando empezaste?
Creo que siempre he recibido muy buenos consejos, pero a veces he echado en falta que me recordasen que lo primero es disfrutar mientras estás trabajando.
Desde La Imprenta CG queremos agradecer a Àlex Arizmendi su colaboración en nuestro calendario solidario.
Os recordamos que podéis comprarlo en nuestra tienda online o en la Librería Bangarang de València. Los beneficios íntegros de su venta están destinados a la Fundación Ronald McDonald de València.