Hoy entrevistamos a Agustín Ferrer Casas, el ilustrador encargado del mes de junio en nuestro calendario solidario, que comparte con nosotros su experiencia y cómo pasó de arquitecto a dibujante profesional.
Aunque Agustín Ferrer Casas estudió Arquitectura, pronto nació en él el interés por el mundo de la historieta desde el punto de vista teórico y estético. El coqueteo con el mundo del cómic, se consumó con su participación en un concurso, a modo de prueba.
Como en las películas, Agustín ganó el concurso y continuó probando con otros concursos, mientras seguía con sus estudios y sus primeros trabajos.
Durante 20 años estuvo recibiendo galardones en diferentes ciudades del país y llegó a sumar hasta 30 premios en diversas categorías. Dos de ellos le dieron la oportunidad de publicar con otros dibujantes para la Editorial SAURE, otro en solitario con el sello Libros.com y un cuarto para la editorial Serendipia.
Desde 1997 hasta 2011, Agustín Ferrer Casas compaginó su afición por la ilustración mientras trabajaba en un estudio de Arquitectura e impartía clases en la Universidad de Navarra.
Sin embargo, a partir de 2011, se dedicó por completo a dibujar profesionalmente y empezaron a llegar novelas gráficas como Las apasionantes lecturas del Sr. Smith y Cartas desde Argel para West Indies Publishing Company y Cazador de Sonrisas, Arde Cuba y la más reciente Mies con Grafito Editorial; títulos que han traspasado fronteras y han sido publicados en Alemania, Francia y Portugal; entre otros países.
Agustín Ferrer Casas, un arquitecto entre cómics
Agustín Ferrer Casas se recuerda de pequeño pintando con lápices de colores las juntas entre los azulejos de la cocina: “Una gracia que permaneció en aquel lienzo unos cuantos años hasta que Baldosín entró por la puerta. Y, según me cuentan, también tenía por costumbre recorrer otras paredes con un lápiz en la mano, trazando líneas infinitas, pero creo que estas duraron menos gracias a las gomas de borrar”.
Para evitar que la casa se convirtiera en un lienzo para el pequeño y sin renunciar a potenciar la afición por el dibujo de Agustín, le apuntaron a un curso de dibujo por correspondencia y animaron a pintar sobre soportes “menos dramáticos”.
¿Cómo se enfrenta a la hoja en blanco? ¿Tiene alguna manía o costumbre al empezar a dibujar?
“Me enfrento con horror al vacío. No me gusta dibujar. Lo reconozco. Sólo disfruto cuando veo el trabajo terminado y estoy satisfecho con el resultado. No soy de esos artistas que se ponen a dibujar sobre el mantel de papel después de una comida. Lo que hago es un trabajo, con sus horarios y sus cosas, y yo sufro dibujando.
¿Ritos o manías? Si se puede definir como tales el intentar producir con el mínimo esfuerzo, con unas herramientas muy básicas y sin arriesgar mucho. Creo que ya experimenté lo suficiente en mi juventud hasta encontrar mi estilo, buscando entre los materiales, técnicas y maneras que ahora uso con fruición”.
¿Hay algo que se te resista a la hora de plasmarlo en papel?
Se me rebela todo aquello que se desarrolle en una escena nocturna. El uso de los tonos oscuros, las manchas negras, etc. Me siento más cómodo con la línea y los colores luminosos. Hace mucho tiempo que dejé atrás el dibujar sin el apoyo del color y eso se nota en el miedo que me da estropear lo dibujado con un exceso de tinta negra.
¿Qué es lo que más raro que has llegado a dibujar?
Un viaje lisérgico por consumo de LSD sin probar el LSD para el cómic “Cazador de Sonrisas” (Grafito Editorial, 2014). De hecho, repetí la página doble por sugerencia de mis editores.
Las influencias y recomendaciones de Agustín Ferrer Casas
¿Quiénes son tus referentes o influencias en literatura, música, etc…?
En cómic Miguelanxo Prado, Das Pastoras, Moebius y Enki Bilal. En literatura Juan Eslava Galán, José Luis Sampedro, Eduardo Mendoza, Stephen King, Umberto Eco…
En música reconozco que tampoco tengo muy claras mis preferencias –no escucho música mientras trabajo-, pero pueden gustarme desde Lana Del Rey a Freddie Mercury y Queen a Depeche Mode, The Cure o REM.
En cine me gustan el tipo de películas que dirigen los hermanos Coen, Spike Jonze, Neil Jordan, Ken Loach…
¿Nos recomiendas una peli y un libro?
Como película, “Her” de Spike Jonze, de cuando Joaquin Phoenix ya era un buen actor sin tener que pasar por el Joker.
Y como libro, “La vieja sirena” de José Luis Sampedro, título que suelo regalar con frecuencia porque es una maravilla.
El sector de la ilustración para Agustín Ferrer Casas
¿Crees que el trabajo de ilustrador/a está suficientemente reconocido?
Pues a esta pregunta no sabría qué contestar. No me considero ilustrador. Puede que ilustrador ocasional. Mi área de trabajo es el cómic y ahí, si puede compararse algo al trabajo de ilustración, sí que creo que está valorado y reconocido. Pero poco. Aunque yo no soy el más adecuado para hablar de ello. Siempre me he sentido un poco impostor en todos y cada uno de los oficios que he desempeñado hasta ahora…
¿Qué harías para mejorar la situación?
¿La situación de los ilustradores? No tengo ni idea. Hay tanto talento suelto y tan poco nicho de mercado capaz de generar un sustento digno… Porque todo lo que vemos, todos esos estímulos visuales generados por artistas ilustradores suponen un coste, un trabajo. No creo en eso de trabajar por amor al arte. El arte debe estar remunerado según su valor. Y por favor, sin regateos.
¿Qué consejo te hubiera gustado recibir cuando empezaste?
Aprende a decir no.
Muchísimas gracias a Agustín Ferrer Casas por colaborar en el proyecto del Calendario Solidario de La Imprenta CG y compartir su experiencia como ilustrador con nosotros.