La exposición que el IVAM dedica a la artista Carmen Calvo, motivada por su reciente Premio Julio González, es una gran retrospectiva a toda su trayectoria, desde los años 60 hasta la actualidad. Una cita obligada con el mejor arte.
El gabinete de las maravillas de Carmen Calvo
El IVAM ha organizado una espectacular exposición que repasa la trayectoria de la artista Carmen Calvo. Setenta obras, que se exhiben hasta el 15 de enero de 2023, incluidas sus primeras incursiones en el área de la instalación.
“El origen de este proyecto es mostrar el estudio de la artista, abrir su archivo y llevarlo al museo para ofrecer una nueva mirada sobre su trayectoria, poniendo en el centro sus referencias, sus obsesiones y sus resistencias”, comenta al respecto Nuria Enguita, directora del IVAM y comisaria de la muestra junto a Joan Ramón Escrivà.
Con esa idea, el museo ha organizado un increíble montaje expositivo, en el que la nave central de la Galería 1 se presenta por primera vez una recreación del taller de la artista, que se despliega en el espacio como una especie de ancestral gabinete de maravillas.
Estanterías y viejas cajoneras sirven de soporte y refugio abigarrado a centenares de objetos antiguos, maniquíes y retales de cuadernos y revistas rescatadas; enseres indispensables para activar sus impulsos de ensoñación y de extrañamiento.
No en vano, Carmen Calvo ha hecho de la recuperación, la resignificación de restos materiales, objetos e imágenes una parte esencial de su metodología de trabajo y una seña de identidad.
“¿De dónde surge una idea? Está ahí y va surgiendo. Lo importancia es la observación, la mirada. Lo que vas viendo todos los días”. Contó la artista sobre su método de trabajo en la presentación de la exposición.
Una exposición que recorre toda su carrera
Esta retrospectiva es la tercera exposición que le dedica el IVAM a Carmen Calvo, después de las muestras de 1990 y 2007.
“El recorrido comienza con una pieza de 1969. Ese cuadro que pinté con 19 años ya manifiesta que algo pasaba en mi cabeza. La obsesión va adelante”, afirma la artista sobre sus composiciones de inspiración arqueológica realizadas a finales de los años setenta y ochenta y que conforman “ESCRITURAS / RECOPILACIÓN / RECONSTRUCCIÓN”, la primera parte de la muestra.
Después, el recorrido continúa con SILENCIO I Y II, una de las primeras incursiones de la creadora en el terreno de la instalación, con decenas de lápidas blancas amontonadas sobre un muro del que penden más de mil puñales amenazantes: “Es una pieza con una gran carga emotiva y de un silencio solemne”, según el comisario Joan Ramon Escrivà.
Tras SILENCIO llega la hora de los MANIQUÍES, una constante en la obra de la autora.
Las muñecas, las figuras de cera y los maniquíes, son parte indisociable del imaginario creativo de Carmen Calvo. El rictus hierático de sus rostros, su enjuto pelo falso, así como la articulación aparatosa de sus extremidades…, todo parece invocar un morboso estado de tránsito entre la vida y la muerte.
O quizás la condición mecánica del ser humano convertido en porción maleable del engranaje social. Un sistema diseñado para adocenar a un individuo transmutado en marioneta.
A Carmen Calvo también le fascinan las tarjetas postales y los libros, por eso son los protagonistas de la siguiente sección de la muestra. En POSTALES-LIBROS podemos ver cómo la artista incrusta fragmentos de fotografías y enigmáticas frases manuscritas en las postales y libros, en un lúdico juego de intrusión subversiva que desestabiliza las ficciones afables propagadas por la industria del turismo o la frialdad y solemnidad de los libros contables y los discursos filosóficos.
La exposición incluye la obra ET POURLÈCHE LA FASE RONDE (2013), una agrandada bola del mundo sobre la que cuelga, como un manto, una cabellera.
Esta obra articula un conjunto de trabajos en los que la artista utiliza el pelo como símbolo de la identidad de la mujer, de su sexualidad y de los actos de castigo a los que se ha visto sometida a lo largo de los siglos.
El confinamiento de 2020 también está presente en la exposición, acercándonos algunos de los trabajos más recientes de Carmen Calvo.
En ¡NO ES UN SUEÑO! ¡ESTÁ PASANDO DE VERDAD! (2020) vemos imágenes de películas clásicas que han influido en la artista.
Carmen Calvo capturó fragmentos de esos filmes con su móvil que ahora, ensamblados y proyectados en un cuarto oscuro, se asemejan a una fantasmagoría, un relato claustrofóbico sobre el sentimiento provocado por el aislamiento.
La exposición finaliza con la instalación La naturaleza agita (2010- 2018), que alberga centenares de dedos de mujer hechos de terracota que sobresalen de sus paredes.
Su disposición invasiva y seductora parece interpelar la estimulación del deseo sexual, los encantos de los placeres terrenales. Al mismo tiempo, estos dedos adquieren un aspecto amenazante: se asemejan a las fauces de las plantas carnívoras, púas punzantes que invocan el castigo.
En la obra de la artista, la problemática sobre las relaciones de dominio y la violencia ejercida sobre las mujeres ha ido cobrando cada vez un mayor protagonismo.
Para Nuria Enguita, la obra de Carmen Calvo se ha desarrollado “bajo un discurso feminista, militante, consciente de la violencia y la opresión que la sociedad patriarcal ha ejercido sobre las mujeres, con sus reglas y normas religiosas, sociales y políticas, que afectan a todos y cada uno de los ámbitos de la vida, desde lo más íntimo a lo público”.
La exposición Carmen Calvo del IVAM es una cita obligada para los amantes del arte. ¡No os la perdáis, es espectacular!