El Museo del Prado es conocido por su increíble colección de pintura, pero recientemente ha rehabilitado el espacio de la Galería Jónica norte, para destacar su colección de escultura, que abarca más de 20 siglos.
La Galería Jónica del Museo del Prado es un espacio que alberga 56 obras escultóricas, que van desde el Antiguo Egipto, pasando por el mundo romano y el Renacimiento hasta el final del Barroco.
Esta nueva propuesta expositiva es una selección de las colecciones de escultura y artes decorativas del Museo y ofrece una visita más cercana, completa e inmersiva.
La selección de obras tiene en el retrato uno de sus principales hilos conductores. Incluye dos cabezas egipcias, versiones romanas de bustos de filósofos y escritores griegos como Homero, Jenofonte o Sófocles y de grandes personajes como la emperatriz Julia Domna; así como interpretaciones romanas de iconografías egipcias.
Además, en la Galería encontramos una importante colección de grandes medallones destinados a la decoración arquitectónica y relieves de gran formato en mármoles de colores, como el de Lucio Vero.
Las composiciones de bulto redondo renacentistas muestran retratos como los de Julio Cesar o Cicerón, composiciones como la de Hermes-Antinoo o el intenso rostro de una Medusa de finales del siglo XVIII.
La escultura en el Museo del Prado
Aunque la colección del Museo del Prado brilla especialmente en las artes pictóricas, la presencia y la importancia de la escultura se remonta a sus orígenes.
Siete años después de su fundación en 1819, se encargó al primer escultor de Cámara, José Álvarez Cubero, visitar los Palacios Reales para seleccionar las piezas obras que deberían incorporarse al Museo. El escultor Valeriano Salvatierra continuó la tarea, aumentando la colección de esculturas del museo.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, la colección escultórica siguió creciendo e incorporó obras premiadas en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes.
En 1862, el arqueólogo Emil Hübner publicó el amplio catálogo de la escultura clásica del Museo del Prado, situándola como una de las más importantes colecciones europeas.
La Galería Jónica de El Prado
En sus inicios, el Museo del Prado dedicaba a la escultura no solo las salas de la planta baja del edificio de Juan de Villanueva, sino también las dos galerías de fachada de la primera planta que el arquitecto Alejandro Sureda acondicionó entre 1878 y 1881.
Se trataba de unos espacios abiertos al Paseo del Prado y articulados, al exterior, con grandes columnas de orden jónico.
En las galerías las piezas se mostraban sobre pedestales y ménsulas de escayola, material que también se utilizó para diseñar las cartelas con nombres de escultores y que todavía hoy permanecen. Estos espacios se dedicaron a la exposición de arte escultórico hasta 1919.
El actual proyecto, inaugurado recientemente, recupera uno de estos increíbles espacios, la Galería Jónica Norte, donde la luz natural y los elementos arquitectónicos y decorativos crean un ambiente único en el que contemplar y disfrutar de las esculturas y sus matices cromáticos.