Hemos impreso el catálogo de la exposición Solcs (Surcos), que el artista alicantino Juan Carlos Nadal protagonizó en el ECA , l’Espai d’Art Contemporani del Castell de Riba-roja. Una publicación muy especial, diseñada por Gimeno Gràfic, con una encuadernación con lomo visto espectacular.
Solcs, de Juan Carlos Nadal, toman Riba-Roja
La exposición Solcs se centra en una veintena de piezas del artista Juan Carlos Nadal. Se trata de su trabajo más reciente, realizado durante el último año y medio, en plena pandemia.
Las pinturas, esculturas y dibujos de la muestra representan los surcos, Solcs, que Nadal realiza en su obra mediante un proceso creativo que plasma los accidentes geológicos de la naturaleza.
Para Juan Carlos Nadal, el lienzo es un campo de energía, en el que los surcos son el registro de su propia presencia, de su intervención artística.
La exposición Solcs está comisariada por Johanna Caplliure, que considera que en la muestra “la pintura y la escultura, de factura diferencial, inciden en la materialización de los procesos, el registro del movimiento, la evidencia de los accidentes geológicos que invocan energías subterráneas o fenómenos de la naturaleza que reescriben el paisaje y que, en esta ocasión, parecen ser preservados a través de la mano del artista”.
Esta muestra es una continuación del anterior trabajo de Juan Carlos Nadal, Noir Serpentin. En Solcs, profundiza en la fisicidad de su obra, mostrando los surcos aludidos en el título de la exposición y los pliegues de sus esculturas, como prolongaciones naturales de su pulsión creativa, ligada al propio latido de la tierra que trata de convocar en sus piezas. “No soy un pintor geométrico, siempre me ha gustado la fisicidad de la pintura, enfrentándome al trabajo de forma muy visceral”, afirma el artista.
Una exposición que combina instalación, escultura y pintura
La muestra Solcs contó con una impresionante instalación, en la que se exponen un conjunto de piezas (retales de esculturas de metal, zinc y aluminio y maquetas), a modo de gran superficie plateada habitada por restos industriales de una naturaleza congelada.
En una de las dos salas adyacentes se reproducía una pieza de audio que mezclaba los sonidos propios del trabajo en el estudio, con otros provenientes de la naturaleza. Mientras en el espacio de al lado se mostraban una serie de dibujos con formas serpenteantes. Esa mezcla de sonidos y formas, generan la inquietud del paisaje sometido a la reverberación del tiempo que todo lo erosiona.
En otras dos grandes salas del ECA, se exhibieron cinco obras de gran dimensión y una decena larga de mediano y pequeño formato, todas ellas evocan el modo de producción vinculado con el sentimiento que aflora tras su ejecución y contemplación.
“Los surcos forman una parte importante de la construcción del cuadro: es un método sustractivo. Yo pinto la superficie con un color plano y después, con herramientas que puedan dejar huella, retiro la pintura y es cuando se crean todos esos surcos. Es quitar construyendo”, afirma el artista alicantino.
Para Johanna Caplliure, “parece que los surcos de las palmas de las manos, los rayados de la piel, la corteza de un árbol o las rugosidades terrestres hacen que el tiempo se detenga. Este queda en suspensión, llevado a la quietud del instante raptado, en un sinuoso movimiento de eterno recorrido”.
Llevar al papel esos surcos, esa materialidad, esas texturas ha sido todo un reto y un placer para nosotros. Esperamos que os guste el resultado, aquí podéis verlo y descargarlo en su versión digital.