El fotolibro de Julio Balaguer, 79·80·81. Vidas circulares, un precioso proyecto de fotografía de calle que retrata el paisaje humano que rodea a las líneas 79,80 y 81 del servicio de autobuses de Valencia.
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79·80·81. Vidas circulares: un libro sobre la vida en y desde el bus
Julio Balaguer retrata en su fotolibro los itinerarios de tres líneas clásicas de autobús de Valencia, que recorren la ciudad de punta a punta, pasando por barrios, zonas comerciales e históricas. En palabras de Irene Gómez, autora de uno de los textos del libro, Balaguer centra su mirada en “los momentos de vida que transcurren ante él, tras las grandes cristaleras-pantallas-miradores. Un verdadero espectáculo de viandantes, lugares, escenas y reflejos que se cruzan a su paso y son capturados por la óptica furtiva de su cámara”.
Con un estilo preciso, mediante juegos de perspectiva que desdibujan la realidad, Julio Balaguer establece un diálogo de espejos y reflejos, “convirtiéndonos en testigos presenciales de esas existencias fantasmales que han sido sorprendidas despojadas de todo artificio y disimulo. Secuencias de imágenes movidas y borrosas que nos devuelven la estampa de la ciudad como un lugar habitado por seres espectrales, solitarios e incomunicados”, concluye Irene Gómez.
La fotografía de calle en Vidas Circulares
Manuel Marzal, autor de otro de los textos del fotolibro 79·80·81. Vidas circulares, analiza cómo este fotolibro es un proyecto de street photography singular ya que quizás podría considerarse “documento social” más que “fotografía de calle” o “fotografía urbana”, dado que las fotografías del fotolibro están realizadas desde el interior de un autobús urbano o desde las marquesinas de las paradas del recorrido de estas líneas.
Esa intimidad del bus se ve enriquecida por los espacios de la ciudad, recorriendo su espacio humano mostrando la soledad e incomunicación. En cualquier caso, para Marzal “se trata de echar una mirada a lo fortuito, una mirada a lo cotidiano, a las gentes y a su espacio urbano”.
Desde el punto de vista técnico, Manuel Marzal afirma que en la fotografía de calle el fotógrafo necesita más rapidez en el proceso selectivo del encuadre. Recordando a Oscar Colorado, la dificultad de la fotografía de calle estriba en que “la fotografía urbana está vinculada a la naturaleza imprevisible del ser humano, a su espontaneidad.” El tema principal, que en este caso son las personas y sus emociones, tiene que estar en un ambiente que permita la interpretación.
La técnica detrás de 79·80·81. Vidas circulares
El sujeto fotográfico de Balaguer es en este fotolibro diferente al de otros fotógrafos y esta diferencia aparece en su enunciación, su propósito y su intencionalidad.
En todas las imágenes no vemos el mismo sujeto ni el mismo nivel de sujeto; ni en todas ellas el sujeto más importante es el tema o la escena.
En este proyecto fotográfico el propósito es patente desde el primer momento al ver una imagen: un mensaje abstracto que es el fluir, el tiempo. Y utiliza un procedimiento clásico, la borrosidad.
Esto es posible porque los lectores hemos aceptado hoy más que ayer la borrosidad en la fotografía, porque conocemos el proceso técnico. Ya no hay velocidades de obturación correctas para cada situación, para mostrar con nitidez las escenas; hoy, desde nuestra cultura icónica, aunque no tenga nada que ver con nuestro sistema perceptivo, aceptamos la borrosidad asociada al movimiento, y por ende, al tiempo.
Además, para Manuel Marzal, observar a la gente es un ejercicio saludable y nada sencillo, que nos permite captar la belleza y el ritmo de la comunidad que nos rodea. “En el caso de Julio Balaguer se trata de un acto de creatividad, usar los momentos de observación para tratar de adivinar la historia de otras personas sólo por mera observación del lenguaje corporal y de las actitudes de los viajeros, e interpretarlas fotográficamente”.
Ficha técnica del fotolibro 79·80·81. Vidas circulares
Fotografías de Julio Balaguer.
Textos de Irene Gómez y Manuel Marzal.
Libro editado por Armand Llàcer.
Diseño editorial: Pasión por los libros.
Traducciones: Rafael Roca.
92 páginas.
Impresión a una tinta.
Papel interior: Symbol Tatami (135g).
Encuadernación rústica (cartulina gráfica Keycolour) con sobrecubiertas peliculadas en mate.
Si os interesa, el libro se puede adquirir en la Librería Railowsky.