Hoy hablamos de una de las figuras más conocidas del arte valenciano, Josep Renau. Pintor, artista gráfico y muralista; su obra estuvo marcada por su ferviente militancia política que le llevó a exiliarse tras la Guerra Civil, primero en México y más tarde en Alemania Oriental.
Josep Renau: un artista polifacético
Josep Renau nació en Valencia en 1907, hijo de José Renau Montoro, profesor de dibujo en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. El joven Josep Renau pronto destacó por su habilidad natural para el dibujo y estudió en la Escuela de Bellas Artes entre 1919 y 1925.
Al tiempo, desde muy joven trabajó en talleres litográficos e imprentas, donde aprendió el oficio. A esa formación académica y profesional Renau sumó sus colaboraciones en revistas como Octubre o La República de les Lletres y editoriales para las que realiza portadas, fotomontajes e ilustraciones.
Con 18 años ganó su primer concurso de carteles, ámbito en el que destacó excepcionalmente años más tarde. Con un marcado estilo vanguardista y art déco, tres años más tarde realizó su primera y exitosa exposición de acuarelas en Madrid.
Josep Renau, carteles con compromiso político
Durante la primera mitad de los años 30 Josep Renau realizó numerosos carteles publicitarios y cinematográficos. En sus colaboraciones en revistas, Renau destaca por sus fotomontajes donde emplea el color y collages de textos y fotos, con un gran impacto visual y social ya que sus obras están cargadas de crítica política e ideológica.
Muy influenciado estilísticamente por las Vanguardias, tenía como referencia a los futuristas, dadaístas y surrealistas. Sin embargo, su compromiso político lo aleja de estas corrientes y lo acerca al fotomontaje político de John Heartfield.
Josep Renau y el Guernica
Además de profesor de Bellas Artes en la Universidad de Valencia, en 1936 fue nombrado director general de Bellas Artes. Mientras ostentaba ese cargo, Renau encargó en 1937 a Picasso la realización de una de las cumbres del arte en nuestro país: el Guernica.
Josep Renau continuó trabajando durante la Guerra Civil como cartelista. Sus obras de esa época, además de ser muy políticas, están inflienciadas estéticamente por el estilo gráfico soviético y el Constructivismo ruso.
Pero Josep Renau pasará a la Historia del Arte en España no sólo por su obra gráfica, sino también por su gestión como responsable de la evacuación del Museo del Prado, salvando su colección de los bombardeos de Madrid, y del Pabellón Español de la exposición de París de 1937. Esa labor lo convierte en todo un héroe para el arte, ya que con su actuación salvó de la destrucción miles de obras.
El exilio de Josep Renau
Tras la Guerra Civil y su paso por el campo de concentración francés de Argelès-sur-Mer, Josep Renau consiguió exiliarse en México donde trabajó para revistas y como muralista. Además, continuó realizando carteles cinematográficos y fotomontajes.
En 1958 Josep Renau, finalmente se pasa al otro lado del Telón de Acero y comienza su vida en Berlín. En la capital de la Alemania comunista, a pesar del escollo inicial del idioma, consiguió continuar con su trayectoria artística, ampliando incluso sus técnicas y experimentando con filmes gráficos y caricaturas, al tiempo que continúa con sus ilustraciones, fotomontajes y murales.
Como muralista destaca especialmente la obra La conquista del Sol, un impresionante mural cerámico de 18 metros de longitud por 6 metros de altura para la entrada principal de la sede de la VEB Wasserwirtschaft (organismo de gestión de la Energía y el Agua) en la plaza Thälman de la ciudad de Halle.
El reconocimiento a Josep Renau
En 1976 Josep Renau regresa por un breve período de tres meses a España. Es durante la Transición cuando comienza el reconocimiento a la vida y obra del creador valenciano. Tras su muerte en Berlín en 1982, sus fondos fueron legados al IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno) donde ha sido objeto de numerosas exposiciones individuales y colectivas.
