Jules Cheres está considerado el «padre del cartel moderno». Un artista humilde que dedicó su arte a la publicidad incipiente, revolucionando el modo en el que se creaban los carteles para vender productos.

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Jules Cheret: un artista al servicio del producto

Chéret nació en Francia en 1836, en el seno de una familia humilde de artesanos; por lo que su educación académica fue muy limitada.

Con trece años comenzó de aprendiz en un taller de litografía y posteriormente cursó estudios en la École Nationale de Dessin. Allí entró en contacto con la obra de varios artistas y empezó a pintar. En un principio sus obras artísticas consiguieron cierto respeto, pero Chéret necesitaba ingresos y los consiguió gracias a la publicidad, una disciplina que le brindaría grandes alegrías.

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Uno de los carteles más conocidos de Chéret, en el que se aprecia una sensualidad revolucionaria para la época.

Chéret comenzó a trabajar en Londres, ilustrando catálogos y cubiertas de libros. El punto de inflexión en su carrera llega cuando entra en contacto con Eugene Rimmel (sí, el de la máscara de pestañas), un fabricante de perfumes que avanzó a Chéret el capital necesario para montar su propio taller en París, equipado con prensas inglesas.

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Etiqueta de productos Rimmel realizada por Jules Chéret.

A mediados del siglo XIX, los carteles publicitarios eran sobrios y el protagonismo se cedía a las tipografías y al mensaje escrito. Chéret revolucionó el sector con sus coloridos anuncios, ilustrados con figuras femeninas en su mayoría y dotados de un atractivo nunca visto hasta el momento en la publicidad. De hecho, fue el primero en utilizar a la mujer como reclamo comercial.

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Chéret creó carteles para una gran variedad de productos, papel de fumar incluido.

El avance tecnológico también jugó a favor de Chéret, ya que la litografía supuso un salto cualitativo y cuantitativo en la producción cartelística. Por una parte, permite la impresión en varios colores con mayor facilidad y menor coste que la tipografía y la evolución de los moldes (primero en piedra caliza y más tarde en zinc) permiten que el trazo del artista se plasme sin pérdidas.

Chéret tuvo una carrera larga y exitosa, que abarca carteles de teatros, cabarets, perfumes, bebidas y un sinfín de productos, abriendo camino a otros artistas del cartel; como Charles Gesmar y Henri de Toulouse-Lautrec.

A día de hoy los carteles originales de Chéret están cotizadísimos y en la mayoría de tiendas se venden reproducciones de sus obras.