Julio Verne, el padre de la ciencia-ficción que adivinó el futuro

Pocos autores pueden presumir de que su nombre se “españolice”, tal y como hacemos por estos lares con la realeza. Uno de esos grandes de la literatura es Julio Verne (Jules Verne para el resto del mundo): un adelantado a su época, maestro de las novelas de aventuras, pionero de la ciencia-ficción y que nació un 8 de febrero en 1828.

Se pierde un abogado, se gana una leyenda

Julio Verne nació en el seno de una familia acomodada y burguesa. Aunque estaba destinado a seguir la tradición familiar y convertirse en abogado desde muy joven su deseo de escribir fue mayor que el de dedicarse a las leyes.

Sin embargo, la vida del literato en el París de finales del siglo XIX no era un camino de rosas, por mucho que fueras amigo de los Dumas (padre e hijo). Verne conoció el hambre y la pobreza, pues su familia dejó de financiarle y no fue hasta años más tarde que conoció el éxito literario.

Viajes extraordinarios de Julio Verne: un éxito sin precedentes

Tras años estudiando, escribiendo teatro y novelas cortas, Julio Verne crea su primera novela: “París en el siglo XX”. Esta novela de 1863 no fue publicada en vida del autor, ya que su editor la consideró muy pesimista. Describía una sociedad obsesionada por el dinero, con redes de comunicación mundiales, coches a gas y rascacielos de cristal. Sólo le faltó Facebook.

Debido a este rechazo, la primera novela publicada de Verne (en el mismo año de 1863) fue “Cinco semanas en globo”, que se convirtió en un éxito inmediato y fue el comienzo de la serie “Viajes extraordinarios”.

La colección se extendió durante más de cuarenta años, editada con mimo y rigurosidad por Pierre-Jules Hetzel y contiene algunas de las novelas de aventuras y ciencia-ficción más conocidas de la historia de la literatura. Forman parte de la serie títulos como “Viaje al centro de la Tierra” (1864), “De la Tierra a la Luna” (1865), “Los hijos del capitán Grant” (1867), “20.000 leguas de viaje submarino” (1869), “La vuelta al mundo en 80 días” (1873), “La isla misteriosa” (1874) o “Miguel Strogoff” (1876); entre otras.

La importancia de la imagen

Los «Viajes Extraordinarios» no sólo alimentaban la imaginación de los lectores a través de sus palabras, sino que sus ricas ilustraciones también fueron parte de su éxito inicial; así como las adaptaciones teatrales.

Los dibujos que acompañaban a la colección fueron encargados a ilustradores de la plantilla de la editorial Hetzel como Édouard Riou, Léon Benett o George Roux y también a otros artistas independientes de prestigio como Émile Bayard, muy conocido por sus ilustraciones para Los Miserables, de Victor Hugo, y que ilustró para Verne “De la Tierra a la Luna”.

Esta importancia de las imágenes y las adaptaciones ha continuado a lo largo de los años y las obras de Verne han sido fuente de numerosas reediciones (como las diseñadas por Jim Tierney y Coralie Brickfor Smith) y adaptaciones al cine, como series de televisión y dibujos animados.

El hechizo que Verne lanzó a sus coetáneos sigue presente y el francés se ha convertido en el segundo escritor más traducido del mundo (sólo  por detrás de Agatha Christie). Además, su influencia en la literatura es enorme (especialmente en las Vanguardias) y está considerado el padre de la ciencia-ficción junto a H.G. Wells. Sus obras siguen admirando al lector y se han convertido en icono de la cultura popular, siendo reconocibles para todo tipo de público.

Por eso hoy celebramos el nacimiento de un autor que con su talento e imaginación ha cautivado a millones de lectores en todo el mundo. ¡Y que siga así por muchos años más!