La pasada semana os hablábamos del trabajo de Alvin Lustig y hoy continuamos en la misma época para descubrir el trabajo de otro gran diseñador: Rudolph de Harak.
Los diseños gráficos y ambientales de De Harak para instituciones y exposiciones públicas y privadas tienen sus raíces en el Racionalismo europeo, pero mezclado con el lenguaje más lúdico de América.
Rudolph de Harak nació en California en 1924, con nueve años su familia se mudó a Nueva York, donde asistió a la School of Industrial Arts, donde aprendió algunas bases del diseño más comercial.
Tras servir en infantería en la Segunda Guerra Mundial, regresó a Los Ángeles. Allí, uno de sus anuncios entró en la competición de Los Angeles Art Directors Club y ganó un premio. Este momento fue decisivo para De Harak, que montó una pequeña agencia de publicidad y comenzó a trabajar en serio el diseño gráfico. Junto a otros grandes diseñadores como Saul Bass o Alvin Lustig, De Harak creó la Los Angeles Society for Contemporary Designers.
Por desgracia, De Harak no tuvo demasiado éxito en esta primera aventura empresarial. A pesar de su innegable talento, los clientes no estaban por la labor de apostar por su estilo moderno y abstracto.
De Harak regresó a Nueva York en 1950, donde aceptó un puesto en la revista Seventeen y más tarde, con unos ingresos fijos asegurados, montó su estudio de diseño en 1952. En la Gran Manzana, De Harak encontró los clientes que apreciaron su estilo.
El método de diseño de Rudolph de Harak
Durante ese tiempo, De Harak realizó ilustraciones para Esquire, collages mezclando fotografías, dibujos y materiales encontrados, a los que se refería como improvisaciones jazzísticas. Esta técnica fue la que eligió para diseñar portadas de jazz para Columbia, Oxford, Circle y Westminster.
Sobre su método de diseño, afirmaba: “Siempre busco el orden oculto de las cosas, tratando de que de algún modo se desarrollen nuevas formas o manipulando las existentes”.
Su trabajo ha supuesto una enorme influencia en el diseño gráfico del siglo XX, especialmente las casi 350 portadas que diseñó durante los años 60 en la editorial McGraw-Hill, para libros de psicología, filosofía, antropología o sociología.
Estos encargos le ofrecieron la ocasión para probar los límites del arte conceptual y la fotografía. Usó esa oportunidad para experimentar con una gran variedad de enfoques inspirados en Dada, el Expresionismo Abstracto y el Op-Art.
Rudolph de Harak no se limitó a un medio o área creativa. También comisionó exposiciones, diseñó bolsas poara el Met y las rotulaciones para los camiones de reparto de The New York Times. También trabajó con Atomic Energy Commission, el National Park Service y el United States Postal Service.
Además, De Harak enseó diseño gráfico en Cooper Union durante 25 años y fue profesor invitado en Yale, Alfred University, Parsons School of Design y Pratt Institute.
En 1993 recibió un reconocimiento a toda su trayectoria del American Institute of Graphic Artists.
Casi con 70 años, De Harak vendió su estudio de diseño y abandonó Nueva York. Se mudó a Maine a una casa que él mismo había diseñado. Durante su jubilación se dedicó a tocar jazz con su saxofón y hacer exhibiciones de cuadros plagados de figuras geométricas.